La triste razón por la que el 95% fracasa

¡Espera un momento Carla! ¿Estás diciendo que la mayoría de aquellos con la chispita emprendedora no tendrá éxito?

Sí, lo siento, pero es lo que tristemente suele suceder. Y no es porque no tengan las ganas y/o todo el talento para lograrlo. ¡¡No, para nada!!

No lo logran simplemente porque repiten un patrón bastante peligroso: Viven afectados por el “síndrome del soñador”, ese que los hace pensar demasiado antes de atreverse a hacer algo tangible.

En resumidas cuentas, nunca se sienten lo suficientemente listos.

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Cuando la perfección es tu “condena”

Hace poco más de 2 años (mientras pertenecía a un grupo de Facebook), conocí a varios emprendedores.

Esto fue justamente cuando yo empezaba con mi idea de poder ganar dinero desde casa y recorrer el mundo con un blog de viajes (mi primera página web: La Maleta de Mano) y casi todos mis compañeros de grupo estaban en la fase de “planificación” de su emprendimiento.

Recuerdo claramente que comentaban con palabras súper rebuscadas los “puntos a seguir” y contaban acerca de toda la teoría que estaban estudiando para estar “preparados”, antes de dar el primer paso.

¿Adivinen qué está haciendo el 95% de esos emprendedores dos años después? ¡Yep!, aún siguen planificando…. Mientras tanto yo (que decidí no esperar y tirarme al ruedo), he llegado a multiplicar mis ingresos hasta el punto de ganar mi antiguo salario de un año en un solo mes, mientras trabajo de forma remota desde cualquier parte del mundo.

¿Y sabes qué es lo más triste? Que veo como esto se repite todos los días

La mayoría de los aspirantes a emprendedores dedican una gran parte (por no decir la mayor parte) de su vida a la reflexión y al auto-análisis, tomando cursos online de marketing digital, pensando en las distintas formas en las que podrían emprender (sin realmente probar ninguna), en las posibilidades de éxito y fracaso que según los estudios existen, en trazar un plan perfecto y en tener una estrategia completamente definida. En fin, a aprender de todo, antes de empezar.

¿Y sabes lo que pasa al final? Que nunca llegan a ese estado ideal y perfecto, simplemente porque NO EXISTE.

Para emprender hay que estar en evolución constante y es precisamente por eso que aquellos que piensan, piensan y siguen pensando, nunca lo logran.

Dar el primer paso es tan sencillo como crear un blog, y no me cabe en la cabeza que haya alguien que no quiera intentarlo.

La oportunidad de renunciar a tu trabajo para convertirte en nómada digital, ser dueño de las 24 horas de tus días y vivir sin tener que pedirle permiso al jefe para largarte a las Bahamas de vacaciones, simplemente no tiene precio.

Si no trabajas por tus sueños, alguien más te contratará para que trabajes por los suyos…

Te daré mi mejor consejo para aumentar tu posibilidad de tener éxito

Lánzate ya, equivócate rápido y evoluciona constantemente.

Aquí les presento a las excusas menos válidas, pero también las más comunes:

–      No tengo tiempo…

¡Falso! Yo trabajé mi emprendimiento en paralelo con mi trabajo de oficina por un año completito. Fueron más de 1,500 horas de estudio, días de sólo 3 horas de descanso y muchísimo ensayo y error. Y si yo lo hice, ¿me podrías contar el motivo por el cuál tú crees que no eres capaz de hacerlo?

Gracias a todo ese trabajo (que empezó con un simple clic), hoy tengo el estilo de vida con el que muchos sólo podrán soñar, ¡precisamente porque no se deciden a empezar!

–      No tengo dinero…

Me parece increíble que aún exista gente con un iPhone en el bolsillo, que utilice el dinero como excusa para emprender online. Dar el primer paso para validar tu idea de negocio con una página web cuesta menos de $50 dólares! Sí, ¡menos que una cena para 2! 

Juro que ya no sé cómo hacer para que ese 95% de personas despierte. Es triste y sumamente frustrante para mí leer tantos emails de personas con muchas ganas de alcanzar sus sueños, y que luego de un mes esa misma gente siga sin dar el primer paso. Y me frustra, porque sé que están entrando en el temido grupo del 95%.

–      Es que no sé cómo empezar

Pues empezando, así de sencillo.

Cuando yo lo hice, te juro que no tenía ni la más remota idea de cómo lo lograría. Sin embargo, salté.

Tu idea tendrá que cambiar decenas de veces. Tendrá que adaptarse a lo que ves que funciona para ti, a medida que pruebas y escuchas a tus lectores. Pero nada de esto lo podrás hacer si no empiezas.

¿La solución?: ¡da el primer paso!

Si ya tienes la temática elegida, lo único que necesitas para probar tu idea es decidirte por un nombre, crear tu página web y luego las redes sociales para promocionarte.

Todo esto lo puedes tener listo hoy mismo. Y créeme cuando te digo que la satisfacción y adrenalina que sentirás es indescriptible, al darte que cuenta de que finalmente diste el primer paso para cambiar el rumbo de tu vida y diferenciarte de aquellos que morirán trabajando para que otros puedan cumplir sus sueños.

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